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viernes, mayo 16, 2003

 
Es curioso el comportamiento de las parejas. En un sitio céntrico al que suelo ir pude ver a una pareja a mi lado. No se hablaban, pero tampoco se miraban. Nada. No hay nada que haga más daño que el silencio. No se por qué, él no le hablaba a ella, ni por qué ella no le hablaba a él. Supongo que la causa sería algún enfado que surge al vivir en pareja. A lo mejor un simple malentendido. A lo mejor los celos. A lo mejor ni ellos lo sabían. Pero allí estaban en silencio.



Cuando yo era pequeño y mis padres se enfadaban, se quedaban en silencio. Yo me encontraba allí en medio. Rodeado de mis padres, pero solo. Odio el silencio cuando no lo pido yo. Porque el silencio a propósito está vacío. Si estás en la ciudad o en la montaña en silencio, puedes escuchar los sonidos. Puedes escuchar los coches en un sitio, y los pájaros en el otro. Pero cuando hay un silencio no deseado no puedes escuchar nada. Silencio.



En todo el tiempo que estuve allí observándoles solamente hablaron cuando llegó un amigo suyo. Parecía una excusa perfecta para dejar de ‘no-hablarse’. Incluso entre ellos hubo alguna broma. Pero cuando el amigo se fue, volvieron a la misma situación de antes. Silencio.



Yo, mientras tanto, escribía una nueva canción. Una canción en blanco. En silencio.

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jueves, mayo 15, 2003

 
Ya tenemos todo para irnos a Londres. Hace como unos cinco años que no voy. Recuerdo que en aquella ocasión fui con una amiga/conocida. Era hija de unos amigos/conocidos de mis padres. Igual que yo, ella era del norte. Era la época de la decadencia de los clubs de baile. Como mi amiga era también de familia bien, nos íbamos de compras por las tiendas más cools de la ciudad, y después, por la noche, a los clubs más modernos y caros. Bailábamos, bebíamos y hacíamos amigos. Muchos amigos. Éramos dos chicas jóvenes con pintas de turistas y con ganas de divertirnos. Entonces yo todavía vivía con mis padres. A partir de ese año decidí vivir por mi cuenta. Alguna vez me he arrepentido, porque eso de llevar la tarjeta de crédito de tus padres la verdad es que tiene cosas buenas.



La anterior vez que estuve en Londres fue en un viaje de verano para aprender inglés. No aprendí inglés, pero lo pasé bien. Esta vez no hubo chicos ni nada parecido. Hay que ver cómo cambia la vida cuando la miras retrospectivamente. Cuando analizas un poco por los estados en los que has pasado. Sobre todo es curioso ver lo que no has cambiado. En mi caso es la afición por las compras. Yo no me agobio en absoluto. Pienso que es cosa de los genes, y que además, por el hecho de ser mujer, las hormonas hacen que nuestros ojos se dejen llevar más por los colores que desprenden los objetos. No lo he visto en ningún lado, pero es lógico.



Ayer habíamos quedado con la fotógrafa, pero al final estaba toda liada y hemos quedado para el lunes. [alive o-+] está todo agobiado porque el diseño se nos va de tiempo. La discográfica nos está presionando. Tenemos un calendario muy apretado y a él le gusta tener todo controlado. Un poco obsesivo del control si que es. Últimamente le veo muy agobiado. Retoca cosas de las canciones, está malhumorado casi todo el tiempo y hay veces que cuando le hablo parece que no me escucha. No es que le cuente cosas demasiado interesantes, pero yo creo que un abrigo de Armani se merece algo de atención, sobre todo cuando cuesta lo que cuesta.



Últimamente voy al gimnasio todos los días. El profesor interino se ha ido y ha vuelto la profesora. No me importa ya. No me atrae, aunque algo incómoda me siento cuando me mira al hacer los ejercicios. Ahora le devuelvo la sonrisa sin que me importe. Yo creo que entre la comida en Wok y el ejercicio nadie me podrá decir que he engordado. Ahora voy a la piscina privada del gimnasio y me reflejo en el agua con mis bikinis nuevos y me gusto. No se que será pero me he vuelto a gustar. Hay un chico que me mira cuando paseo por la piscina y luego nado. Escribe sobre un papel como versos. Yo pensaba que era poeta, pero me dijeron que era músico. Cuando él se fue a nadar pasé por delante de lo que estaba escribiendo y pude ver el título de la canción. Se titula “Nadadora” y está en una hoja con unos diseños muy bonitos. Además la firma alguien del norte. Alguien ha pensado en una canción para mi. Me gustaría escucharla algún día.

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miércoles, mayo 14, 2003

 
Lo bueno de tener un contrato con una multinacional son las oportunidades que puedes llegar a tener. Antes de llegar a este punto tienes que haber sufrido mucho, ya que al estar totalmente orientada a resultados [no nos engañemos, que las independientes también, siguen siendo empresas] te exigen mucho. Esta mañana había quedado con [alive o->] por la mañana para tratar unos asuntos del registro de las canciones. Estaba radiante. Desde luego parece que ya no tiene ninguna losa, y si la tiene, lo disimula muy bien. Cuando ya nos despedíamos he recibido una llamada de nuestro manager que decía que un grupo británico que nos encanta y que pertenece a nuestra misma discográfica quería remixarnos una canción. Que había escuchado nuestro disco y que le encantaba. Yo no me lo podía creer. Tanto tiempo escuchando su música y ahora resulta que ellos escuchaban la nuestra. Creo que nunca he pensado como estrella del pop, sino como fan de la música.



El caso es que nos vamos a Londres en junio a mantener la entrevista con la discográfica y con el grupo. Espero no estar pesado ni nada parecido, pero me encantaría poder estar en un estudio con ellos y grabar una canción juntos. Lo malo es el idioma. No se si hacer una canción en inglés o en castellano. Hasta ahora no se me había planteado esta duda.



[alive o->] estaba también como loca, pero yo creo que más que por el grupo, por las compras que podría hacer por Londres. Como no es la primera vez que va, ya se sabe todas las tiendas de lujo de Londres. Mientras ella compra esas cosas, yo me iré por la calle de las tiendas de música electrónica a revivir encuentros de casualidad. Ella ya estuvo haciendo planes. Que como la entrevista es un lunes, que iremos el sábado, y así el domingo podremos descansar de haber ido a los clubs londinenses de baile. En conclusión estábamos bastante ilusionados. Llamaré al manager para que nos organice todo. En eso es muy bueno. Para eso le pagan.



Entre estas pequeñas noticias se me ha ido pasando la semana. Esta horrible semana. Por cierto que hoy hemos quedado con la fotógrafa para seleccionar las fotos de las revistas que iremos entregando. Queremos intentar enviar diferentes fotos a todas las revistas para que la gente no se aburra viéndonos. Si es que eso es posible.

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martes, mayo 13, 2003

 
Parece que todo vuelve a la normalidad. No se cual ha sido el motivo de este brusco giro a la realidad. Yo creo que el calor que empieza a hacer, ha animado a mis neuronas a que se alineen con mi personalidad. El caso es que volví ayer a aeróbic, que empecé a cantar otra vez y que por mucho que dudé de mi sexualidad he vuelto a reencontrarme. Tiene narices que haya sido en el gimnasio pero no lo pude evitar. Cuando me acerqué a clase de aeróbic pude ver que mi temida profesora no estaba. No sentí ni alivio ni rabia. Simplemente lo ignoré. Pero cuando me di cuenta de que el profesor nuevo tenía ese no-se-que que me hacía sentir bien, desde luego que un escalofrío de felicidad me recorrió todo el cuerpo.



Después de la clase de aeróbic vino a hablar conmigo. Me reconocía de un concierto que retransmitieron el año pasado por la televisión. Recuerdo que en la entrevista que hicimos antes del concierto yo estaba en mi momento cumbre, y por lo que parece lo transmití. Hablamos de nuestra música, de cuanto tiempo llevaba él de profesor, y de muchas cosas banales. Parecía que ninguno de los dos quería desnudarse [sentimentalmente hablando] delante del otro. Todo esto bañado de dos o tres batidos energéticos de esos que siempre he odiado con todas mis fuerzas. Lo que hay que hacer por conseguir algo que te gusta y que no puedes comprar con una tarjeta de crédito.



Entonces fue cuando al despedirnos e irme a cambiar me cogió de la mano y me llevó a un despacho privado del gimnasio Fue muy extraño, porque no me resistí, ni lo pretendí. No podría jurar ante un juez que hubiese dicho ni una sola vez la palabra ‘no’. Ni mucho menos decir que no me gustó. Creo que en ese momento me liberé de toda la tensión que había acumulado en tres semanas, de todas las paranoias que me comieron cada centímetro de cerebro. Puedo decir que fue la sesión de aeróbic más relajante desde hace años.



Después de esta liberación el sol parecía que me entraba por las calles de la parte alta, que sonreía, que vivía de nuevo. Sobre todo cada vez que pensaba que el profesor no volvería más, que solo había venido para sustituir a la profesora durante cuatro días. Había sido mi ángel de la guarda. Gracias.

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lunes, mayo 12, 2003

 
Este fin de semana no hemos parado. Entre ir a ver a DJ Paolo al DejaVu, y después al Doble Click [un festival de lo más familiar], y entre medias un poco de sol en la playa se nos ha ido el tiempo. Lo mejor del festival es el título de una canción: ‘Philosophy In Canapé’. El grupo explicó de que iba la canción, y aunque la letra no la entendí, me hice mi propia historia. Una historia que aún hoy continúa. ¿Qué puede ser una filosofía en un canapé? Filosofía del que ingiere o del que es ingerido. ¿Qué sugiere un canapé? Una fiesta, glamour, gente superficial, nada relacionado con la Filosofía. Quizás es una historia recursiva de las que me monto yo sólo. El resto del festival estuvo más o menos bien. Empezó mal. Un grupo de música de quinceañeras arrancó el festival. Todo el mundo, incluso ellos, pensó: ¿Qué hacemos aquí? Pero hay que reconocer que se movieron bien para las pocas personas que había, lo cual es de agradecer. Después varias propuestas, de las que me quedo con un chico, del que no me se su nombre, sólo con sus maquinitas debajo de una proyección bastante interesante. Hablamos con el chico electrónico del grupo Kemakeur para un remix. No se si se lo tomó en serio o le parecimos un coñazo, pero podía salir algo bueno. Más tarde hicimos de espías. Nunca habíamos hecho de espías, pero [alive o-+] estaba muy en su papel. El que más indagó fue el presidente del club de fans, junto con la asesora de imagen.



Lo que no me gusta del fin de semana es la manía que tenemos de acabar el ciclo semanal. Es verdad que su propio nombre indica que es el fin del ciclo, pero la paranoia mental que nos ocasiona es majestuosa. Parece que el lunes es el comienzo de algo, que empezamos de cero, que si se rompe la persiana es porque es lunes, que si hay una gotera es porque es lunes, como pensando que si sucede otro día de la semana, el daño es menor. No me suele pasar, pero hoy ha sido comienzo de semana nervioso. Menos mal que con los ritmos secuenciados parece que el corazón vuelve a su ritmo, que se relaja y deja pensar al cerebro.



Lo peor de la recursividad, es la propia recursividad. Repetición sin fin. Ciclos detrás de otros. Deprime. Ser un canapé no puede ser tan malo.

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alive
   
[el mundo electrónico de un grupo pop]



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