Tenía muchísimas cosas que contar. Creedme. Cosas como que estamos en varios proyectos muy bonitos como versionear una canción de Alex y Cristina que nos está quedando preciosa, o trabajar con Juanimisterfly, que es la mitad de aquel maravilloso grupo que era Lemon Fly, también la mitad de Parabólica y una persona única. Que estamos trabajando con tres canciones nuevas que nos parecen buenísimas. Que tenía las pilas recargadas después de estas vacaciones. Que me hace más ilusión que nunca ir al norte a estar con la familia. Que ? Entonces voy, y a mi cuerpo le da por fastidiarme. Bueno, más que a mi cuerpo, creo que fue mi cerebro. Además en el momento más inoportuno, cuando más gente puede haber a mi alrededor. Solo me acuerdo de algún grito que otro. Yo pensaba que me había dormido.



Entonces es cuando te das cuenta de la mala leche que tiene la vida. Pero sobre todo, y que es lo que más me fastidia, de lo imperfectos que somos. Porque aunque no lo parezca intento cuidarme. A veces pienso que por qué casi todo me tiene que pasar a mí. Es como si yo hubiese comprado más boletos que los demás en la otra vida, o como si algún ángel exterminador la hubiese tomado conmigo. Y eso que no me puedo quejar porque debe haber otro ángel protector que se ocupa de mí.



Pues que no me apetece escribir y llevo ya unos cuantos párrafos. No me apetece hacer nada, y mucho menos malgastar mi tiempo. Lo mejor de ayer, el concierto de Pet Shop Boys. Como siempre lo disfruté como si fuese el último concierto.